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Crédito: motor de crecimiento.

Imagina que encuentras la oportunidad de comprar un producto a un buen precio pero no tienes en ese momento el efectivo para comprarlo. Sin embargo, sabes que contarás con dinero una vez que recibas unos pagos dentro de pocas semanas. ¿Qué opciones tienes? 1.-Privarte de adquirir dicho bien, o 2.- Adquirir el producto generando una promesa de pago futuro. La segunda opción, de las mencionadas anteriormente, es lo que comúnmente llamamos crédito. La promesa de un pago futuro a cambio del disfrute de un bien en el presente. Este préstamo puede, o no, llevar un costo que llamamos tasa de interés. En ocasiones no se cobra dicho costo porque lo que busca el prestamista es incentivar el consumo de quien solicita el crédito (por ejemplo los proveedores de las empresas). La tasa de interés es precisamente el precio que paga quien recibe un préstamo a quien se priva del consumo presente por consumo futuro. En otras palabras es el costo del dinero.

El crédito puede ser una opción viable y muy útil para aprovechar oportunidades que se nos van presentando. Por ejemplo, una empresa podría pronosticar un potencial crecimiento en ventas en una fecha próxima. Sin embargo tal vez no tenga el flujo para hacerse de la materia prima necesaria para poder satisfacer al mercado. En este caso la empresa puede solicitar un préstamo para capital de trabajo con la finalidad de hacerse del producto, venderlo y pagar al prestamista.

Podríamos citar una gran cantidad de ejemplos como el antes señalado. No cabe duda que el crédito puede ser una fuente generadora de proyectos, negocios y empleos. Sin embargo, todo lo anterior puede parecer muy sencillo pero implica riesgos importantes por lo que hay que tener las siguientes precauciones:

a) Asegurarnos de que habrá ingresos para pagar el crédito. No podemos saber el futuro pero sí podemos tener un grado aceptable de certeza sobre los ingresos que recibiremos y sobre los gastos que generaremos. Es fundamental asegurarnos que nuestro ingreso disponible en el futuro sea superior al monto de los pagos de los préstamos.

b) Percatarnos de que los beneficios superen los costos. La razón de ser del crédito es aprovechar oportunidades que se dejarían ir por falta de liquidez. Sin embargo hay que recordar que el crédito, además de que se tiene que pagar, lleva consigo un costo. Es fundamental asegurar que el beneficio de pedir el crédito (liquidez en el presente) sea mayor a la tasa de interés. Por ejemplo, si alguien pide un crédito para hacer un negocio y la tasa es igual a 12%; el negocio debe generar una tasa de rentabilidad que cubra ese 12%, otros costos que podrían generarse y además una utilidad.

c) No abusar y ser ordenados en los gastos. La acumulación de pequeños o grandes créditos puede derivar en que las sumas de las deudas se vuelvan impagables. Es necesario e importante que quien pida un crédito lleve un registro muy puntual de las fechas de pago así como de sus ingresos esperados para que no existan moras que puedan encarecer la deuda con intereses adicionales.

En conclusión, el crédito es una herramienta fundamental para poder tomar oportunidades en el presente sin tener liquidez, siempre y cuando exista la certeza de flujos de efectivo futuros suficientes para cubrir dicha deuda y además generar valor agregado. El crédito mal utilizado puede llevar a cualquiera a la bancarrota, pero bien utilizado puede ser un verdadero motor de crecimiento.

Imagina que encuentras la oportunidad de comprar un producto a un buen precio pero no tienes en ese momento el efectivo para comprarlo. Sin embargo, sabes que contarás con dinero una vez que recibas unos pagos dentro de pocas semanas. ¿Qué opciones tienes? 1.-Privarte de adquirir dicho bien, o 2.- Adquirir el producto generando una promesa de pago futuro. La segunda opción, de las mencionadas anteriormente, es lo que comúnmente llamamos crédito. La promesa de un pago futuro a cambio del disfrute de un bien en el presente. Este préstamo puede, o no, llevar un costo que llamamos tasa de interés. En ocasiones no se cobra dicho costo porque lo que busca el prestamista es incentivar el consumo de quien solicita el crédito (por ejemplo los proveedores de las empresas). La tasa de interés es precisamente el precio que paga quien recibe un préstamo a quien se priva del consumo presente por consumo futuro. En otras palabras es el costo del dinero.

El crédito puede ser una opción viable y muy útil para aprovechar oportunidades que se nos van presentando. Por ejemplo, una empresa podría pronosticar un potencial crecimiento en ventas en una fecha próxima. Sin embargo tal vez no tenga el flujo para hacerse de la materia prima necesaria para poder satisfacer al mercado. En este caso la empresa puede solicitar un préstamo para capital de trabajo con la finalidad de hacerse del producto, venderlo y pagar al prestamista.

Podríamos citar una gran cantidad de ejemplos como el antes señalado. No cabe duda que el crédito puede ser una fuente generadora de proyectos, negocios y empleos. Sin embargo, todo lo anterior puede parecer muy sencillo pero implica riesgos importantes por lo que hay que tener las siguientes precauciones:

a) Asegurarnos de que habrá ingresos para pagar el crédito. No podemos saber el futuro pero sí podemos tener un grado aceptable de certeza sobre los ingresos que recibiremos y sobre los gastos que generaremos. Es fundamental asegurarnos que nuestro ingreso disponible en el futuro sea superior al monto de los pagos de los préstamos.

b) Percatarnos de que los beneficios superen los costos. La razón de ser del crédito es aprovechar oportunidades que se dejarían ir por falta de liquidez. Sin embargo hay que recordar que el crédito, además de que se tiene que pagar, lleva consigo un costo. Es fundamental asegurar que el beneficio de pedir el crédito (liquidez en el presente) sea mayor a la tasa de interés. Por ejemplo, si alguien pide un crédito para hacer un negocio y la tasa es igual a 12%; el negocio debe generar una tasa de rentabilidad que cubra ese 12%, otros costos que podrían generarse y además una utilidad.

c) No abusar y ser ordenados en los gastos. La acumulación de pequeños o grandes créditos puede derivar en que las sumas de las deudas se vuelvan impagables. Es necesario e importante que quien pida un crédito lleve un registro muy puntual de las fechas de pago así como de sus ingresos esperados para que no existan moras que puedan encarecer la deuda con intereses adicionales.

En conclusión, el crédito es una herramienta fundamental para poder tomar oportunidades en el presente sin tener liquidez, siempre y cuando exista la certeza de flujos de efectivo futuros suficientes para cubrir dicha deuda y además generar valor agregado. El crédito mal utilizado puede llevar a cualquiera a la bancarrota, pero bien utilizado puede ser un verdadero motor de crecimiento.

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